Solsticio de Invierno
Estamos atravesando días mágicos y sagrados…estamos viviendo el Solsticio de Invierno en el hemisferio norte del mundo (en el hemisferio sur, el solsticio de Invierno entra 21 de Junio).
En este texto voy a platicarles un poquito de lo que significa esta celebración y a compartirles un ritual que hice para inspirarlas a vivir más alineadas con nuestra Madre Tierra y nuestro Padre Cielo.
Pero para comprender todo esto tengo que empezar por hablarles un poco sobre lo que es La rueda del año en mi linaje espiritual (Celta de la Rosa).
La Rueda del Año
Aunque en tiempos modernos la conexión y celebración con los ciclos de la tierra se ha perdido (aunque poco a poco varias personas estamos regresando), nuestros antepasados siempre lo hicieron. Ellos ponían su mirada y su corazón en la naturaleza pues de ella dependía su vida y su sostén. Así se dieron cuenta de que la Naturaleza no solo seguía un ciclo de vida, muerte y renacimiento sino que los invitaba a vivir de la misma manera así que empezaron a honrar y celebrar 8 momentos del año en los que la Tierra y el Cosmos (específicamente el Sol) mostraban un nuevo rostro o frecuencia. Este mito - con diferentes nombres - es el mito de creación y de la vida que casi todas las tradiciones y caminos espirituales originales han seguido: la Madre Cósmica dando a luz a su hijo/amante el Dios Sol. Cuatro de estas celebraciones se basan en la transformación de la Tierra y las otras 4 al movimiento e intensidad del Sol. Estas 8 celebraciones son:
Yule (Solsticio de Invierno)
Imbolc
Ostara (Equinoccio de Primavera)
Beltane
Litha (Solsticio de Verano)
Lammas
Mabon (Equinoccio de Otoño)
Samhain
Estos 8 momentos seguían la mitología de la danza eterna de la Diosa (Tierra) y el Dios (Sol) que va más o menos así: En el solsticio de invierno, en la noche más oscura del año, la Diosa da a luz al nuevo Sol y a partir de este momento los días comenzarán a ser más largas y las noches más cortas sin embargo al mismo tiempo es la entrada de la parte más dura del invierno pero también el de la promesa de que la luz y el calor regresarán y que de esa manera la Tierra - ahora congelada - volverá a generar la vida. A lo largo de la rueda del año la Diosa y el Dios irán cambiando de rostro y danzando el uno con el otro. La Diosa será doncella en primavera y el Dios será guerrero. En verano se encontrarán como amantes y el Dios plantará su semilla en el vientre de la Diosa transformándola en su rostro de Madre. Ambos se transformarán en Reina y Rey, después el Dios morirá en Samhain y la Diosa, cargándolo en su vientre lo volverá a dar a luz en el solsticio de Invierno en el que Ella habitará su rostro de anciana sabia para después, cuando el Sol sea joven, transformarse en doncella y volver a empezar.
Solsticio de Invierno
El Sol acaba de nacer, apenas ilumina y calienta, pero con él trae la promesa del renacimiento de la Tierra. Los días siguen oscuros y fríos y con ellos la invitación hacia nosotros será la de bajar el ritmo, descansar y pasar mucho tiempo en nuestro interior reflexionando, planeando, sembrando intenciones y sueños.
El solsticio de Invierno nos regala LA PAUSA SAGRADA.
A diferencia del calendario gregoriano que seguimos en la actualidad en el que la productividad empieza el primero de enero, en el camino de la Diosa esa productividad vendrá después, en primavera y verano, cuando el Sol tenga más fuerza para darnos energía e iluminar nuestros pasos.
Ritual
Lo hice la noche de ayer (21 de Diciembre) en mi jardín para honrar a la Oscuridad y a la Luz. Se los comparto para que puedan hacerlo o inspirarse en él para crear su propio ritual.
Para honrar a la Oscuridad:
Escribí en un papelito las cosas que quiero soltar porque no me dejan avanzar (creencias limitantes, miedos, dudas) y después quemé el papelito, ofreciendo sus cenizas a la Tierra y agradeciéndole por aceptarlas y reciclarlas.
Con una mano en la Tierra y la otra en el corazón le agradecí a la Oscuridad por sus enseñanzas, sus regalos y tesoros, por la oportunidad de regenerarme y renacer.
Enterré joyería y piedras preciosas pidiéndole a la Madre Tierra que los purificara y los llenara con su energía para que así me acompañen, guíen y sostengan en mi camino.
Enterré un papelito con mis intenciones y sueños para este nuevo ciclo como si fuera una semilla que con el paso del tiempo, con paciencia y amor, florecerá en tiempo perfecto.
Para darle la bienvenida a la Luz:
Encendí una vela como símbolo del Dios Sol agradeciéndole su luz, su calor y pidiéndole que me llene de energía, propósito, creatividad y dirección en este nuevo ciclo.
Desenterré mi joyería y piedras, las lavé con agua pura y le pedí al Sol que los llene de su energía para que me acompañen, guíen y sostengan en mi camino.
Más ideas
Recuerda que este tiempo es para ir hacia adentro, para descansar, bajar el ritmo, conectar con lo que realmente queremos crear y compartir, es tiempo para soñar, planear, intencionar. No tengas prisa, conecta con la Esencia Divina en ti, pídele que te guíe, que te ayude a abrazar y a honrar la luz y la oscuridad porque ambas tienen medicina y tesoros.
Escribe en tu Diario
Dibuja
Pinta
Haz manualidades
Disfruta tu comida y bebidas despacio, sin prisa y con todos tus sentidos
Suelta, libera, deja ir
Enciende velas
Pasa tiempo de calidad con las personas que amas
Lee textos que te pongan el corazón calientito
Pasea en la Naturaleza
Abraza árboles
Duerme mucho
Quédate todo el día en pijama
Escucha música instrumental
Sueña
Cocina platillos que te gusten y reconforten
Baja el ritmo en todo lo que hagas
Toma las cosas con calma
Conecta y honra las necesidades de tu cuerpo (no de tu mente ni de la sociedad)
Conecta constantemente con tu corazón y sigue su guía
Deja de HACER y pasa más tiempo SIENDO
Soledad, Quietud y Silencio.
Espero que abraces e integres la energía del solsticio de invierno, que descanses y sobre todo que pases mucho tiempo de calidad contigo misma.
Que la Luz y la Oscuridad te guíen, que Dios y la Diosa te acompañen y que tengas la mirada y el corazón para verlos y sentirlos.
Así sea.