Viaje a Tayvallich, Escocia

Vivir en Escocia es algo mágico.

Uno camina por bosques y encuentra no solo una naturaleza espectacular sino que de pronto te sale de frente algún lago, un castillo antigüo abandonado, una torre medieval, un zorro o un venado corriendo. En este país se sienten el pasado y el presente danzando y su hermosura es algo sin par. Me siento agradecida y bendecida de vivir aquí, La verdad es que en mi corazón Escocia es mi segundo hogar.

Esta vez fuimos a un pueblito pequeñito en el norte (con solo 300 personas viviendo ahí) que se llama Tayvallich. Pasamos unos días con unos amigos que también son papás de un niño con necesidades especiales y la verdad nos sentimos muy relajados pues con una sola mirada nos sabíamos en el mismo canal, entendíamos muchas conductas y comportamientos de nuestros hijos y no juzgábamos absolutamente nada. Sabemos que nuestros hijos necesitan cosas diferentes, que tienen intereses distintos a los demás y conductas especiales que a simple vista podrían parecer como “mala educación” como brincar sobre la cama para regularse, hacer ruidos muy fuertes sin que puedan bajar el volumen de su voz, no poder ir a comer a un restaurante porque se sobreestimulan, seguir usando pañal a los 8 años, entre muchas cosas más, pero lo comprendemos perfecto, nos apoyamos y luchamos para que cada día haya más comprensión, inclusión y compasión por las personas diferentes y sus familias. De hecho los planes son centrados en los niños y eso nos daba mucha paz a nosotros los papás pues sabemos que todos estamos en el mismo camino y que entre nosotros nunca habrá miradas de juicio o incomprensión <3

Hicimos caminatas hermosas, comimos delicioso, aventamos piedritas al lago, platicamos mucho y nuestros corazones se sintieron calentitos. Siempre es hermoso salir de casa por unos días, pasar tiempo de calidad con amigos y disfrutar de las cosas sencillas y mágicas que la vida siempre nos regala.